Los últimos dos años están suponiendo un gran cambio en prácticamente todos los aspectos de nuestras vidas. Y el mundo del vino se está también viendo afectado por las diferentes circunstancias a las que se está enfrentando.
Los factores de cambio del sector vitivinícola
Hay tres circunstancias que están dándole forma a la industria del vino y que la redefinirán de maneras que únicamente estamos empezando a atisbar. En primer lugar, y aunque esto no es nuevo, el cambio climático sigue provocando que los cultivos y las cosechas se vean afectadas de formas diferentes. A ello hay que unir dos factores que causados por la pandemia. Uno de ellos es la situación que se ha creado en las cadenas de suministro ya que la logística mundial se ha visto afectada creando numerosas alteraciones en la distribución. Y, por último, se está produciendo un gran cambio en los hábitos de consumo de vino a nivel mundial.
Por razones obvias el vino se consumió principalmente en casa durante 2020. Y por lo que parece esta tendencia he venido para quedarse por diferentes motivos, siendo el precio el primero de ellos. El hecho de adquirir el vino en supermercados ha provocado una significativa reducción en lo que los consumidores están dispuestos a gastarse de forma general.
Asimismo, se está percibiendo una mayor concienciación por todo lo relacionado con la salud y la sostenibilidad. En general, la mayor preocupación por la situación sanitaria ha afectado también a los hábitos de compra de los consumidores. Así, se buscan ingredientes más naturales, con menos químicos y menos manipulación. Todo lo ecológico, incluyendo el vino, está experimentando un gran auge en los últimos dos años.
Otro elemento relacionado con estas tendencias en el consumo es la importancia que están adquiriendo las nuevas tecnologías en los procesos de toma de decisiones como de compra. El mercado online ha visto como la pandemia le daba el último impulso que necesitaba para consolidarse como el gran competidor de las grandes superficies.
Si los productores quieren mejorar su competitividad deben adaptarse a estas tendencias, desde el refuerzo del compromiso medioambiental hasta el refuerzo de los canales online. Y, por supuesto, estar pendiente de los siguientes cambios, ya que estamos en un momento en el que lo único que se puede saber es que no hay nada seguro y se debe ser lo más adaptable posible.